La Duda - El pecado que Dios más odia




Dudar es:
- Desconfiar, sospechar de alguien o algo
- No decidirse por algo
- Vacilar entre dos opciones contradictorias
- Dar poco crédito a una información
- Indeterminación e incertidumbre del ánimo entre dos juicios


De todos los pecados que cometemos, la duda es el más detestado por Dios. Según el Antiguo y el Nuevo Testamento, nuestras dudas agravian al Señor, lo provocan, le causan mucho dolor.
Salmo 106:6-7 Nosotros hemos pecado como nuestros padres, Hemos hecho iniquidad, nos hemos conducido impíamente.7 Nuestros padres en Egipto no entendieron Tus maravillas; No se acordaron de Tu infinito amor, Sino que se rebelaron junto al mar, en el Mar Rojo.
¿Cuál fue el pecado perverso que cometió Israel? Dudaron que Dios podría seguir liberándolos, aún después que él obró increíbles milagros para ellos en el Mar Rojo. 
Nuestro Señor se movió sobrenaturalmente a nuestro favor, librándonos del enemigo. Sin embargo, aún después de este increíble milagro desconfiamos de él.
¿Cómo pudimos provocar a Dios de esta manera? 
Salmo 106:13 Bien pronto olvidaron sus obras; no esperaron su consejo… aborrecieron la tierra deseable, no creyeron a su palabra.
Después que ellos experimentaron una milagrosa liberación de Egipto, el Salmista hace estas chocantes declaraciones, bien pronto olvidaron. Cualquiera puede cantar y regocijarse después de obtener la victoria. Pero, Israel había fallado miserablemente en el lado de la prueba del Mar Rojo. No confiaron en Dios allí en lo absoluto. 
El Señor no obrará a través de un pueblo que está lleno de dudas e incredulidad. La Biblia dice: “… sin fe es imposible agradar a Dios…”(Hebreos 11:6) Aún Jesús fue impedido a hacer sus maravillas cuando la gente no creyó: “Y no hizo allí muchos milagros debido a la incredulidad de ellos”(Mateo 13:58). 
Nuestro Señor no usa ángeles como testigos de su gloria. Él usa a su pueblo. Y él desea entrenarnos como una especial y “peculiar” generación. 

Dios busca un pueblo que confíe completamente en Él

1 Pedro 2:9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable 
Él está buscando probar su palabra en nuestras vidas, para que el mundo crea cuando la proclamamos. Él desea presentar a las naciones incrédulas un pueblo fiel que ha sido conmovido por tiempos duros, quebrantado por pruebas profundas, y aún así continua confiando en él.
Vemos a Dios buscando un pueblo así en el tiempo de Gedeón. Cuando Gedeón extendió un llamado por voluntarios para enfrentar a los Medianitas, miles de Israelitas respondieron. Pero el Señor dijo a Gedeón, “Hay mucha gente contigo para que yo entregue a los Madianitas en tus manos… haz pregonar esto a oídos del pueblo: Quien se estremezca, que madrugue y regrese a su casa…”(Jueces 7:2-3).
Dios estaba diciendo a Gedeón, “Si alguien aquí tiene miedo, dile que se vaya a su casa de inmediato. No permitiré que mi pueblo sea infectado con temor.” Dios estaba devolviendo voluntarios de su ejército. Al punto que algunos 22,000 dudosos fueron enviados a su hogar. El Señor finalmente se quedó con 300 soldados probados para la batalla.
Dios está buscando un pueblo que confíe en él ante todo el mundo en situaciones imposibles. Y puedes estar seguro que el mundo está observando como sus siervos soportan tribulaciones y pruebas mientras se aferran a su fe. 
Casi inmediatamente después que Dios nos salva, él nos lleva al desierto de la prueba. Esto fue cierto aún en la vida de Jesús. Después que nuestro Señor salió de las aguas bautismales, fue dirigido por el Espíritu al desierto, donde él fue extremadamente probado. (Ver Lucas 4:1-2). La misma cosa ocurrió con los Israelitas. No mucho tiempo después que Dios los liberó de Egipto, fueron dirigidos al borde de una crisis en el desierto.
¿Por qué esto es así? Es porque Dios está buscando un pueblo que confíe en él ante todo el mundo en situaciones imposibles. Y puedes estar seguro que el mundo está observando como sus siervos soportan tribulaciones y pruebas mientras se aferran a su fe.
Si le dices al mundo que Jesús es tu Señor - tu salvador y sanador, un Dios que puede hacer lo imposible - ellos observarán como reaccionas en situaciones imposibles. Sus ojos están pegados sobre cualquiera que se jacta de las bondades, el poder y la gloria de Dios. Y el diablo mira también, esperando la falla de nuestra fe. 

Descansar en el Señor

Hebreos 4: 6 Por tanto, puesto que todavía falta que algunos entren en él, y aquéllos a quienes antes se les anunció las buenas nuevas no entraron por causa de su desobediencia (incredulidad).
Existe un lugar en Cristo donde no hay ansiedad acerca del futuro. En este lugar, no hay temor de una súbita calamidad, aflicción o de desempleo. No hay temor de hombre, de fallas, o perder el alma. Este lugar es uno de total confianza en la fidelidad de Dios. El escritor de Hebreos lo llama el lugar del descanso perfecto.
Esta clase de descanso perfecto fue ofrecido a Israel. Pero la duda del pueblo y su incredulidad los mantuvo fuera del descanso de Dios.
Vivir en el descanso de Dios es un estilo de vida. Él desea que seamos sostenidos por su paz y confianza en todas nuestras pruebas, sabiendo que nuestro sumo sacerdote es afectado por nuestras calamidades. 
Para entrar en el descanso de Dios, tenemos que renunciar a nuestros propios esfuerzos y sudor. Solamente la fe nos introduce en este perfecto descanso: “Pero los que hemos creído entramos en el reposo.”(Hebreos 4:3). Simplemente, decidimos en nuestros corazones creer que Dios es fiel para libertarnos en todas las circunstancias, no importa cuán imposibles puedan parecer. 
¿Cómo desarrollamos esta clase de confianza? Buscamos al Señor en oración, meditamos en su Palabra y caminamos en obediencia. Ayunando, orando, estudiando, tratando de obedecer sus mandamientos mediante el poder del Espíritu Santo.

¿Eres un soldado comprometido, creyendo que Dios te está equipando ahora mismo? 

Si es así, entonces estarás cumpliendo tres requisitos:
1. Eres un diligente lector de la Palabra de Dios.
Mientras estudias las Escrituras, estás empezando a comprender cuánto Dios te ama. Si no estás convencido de su absoluto amor por ti, no podrás superar cualquier crisis que venga. Y serás convencido de su amor solamente devorando su Palabra.
2. Estás cultivando intimidad con Dios, a través de un calificado tiempo de oración.
Nuestro Señor desea que clamemos a él en nuestros tiempos de crisis. Pero la oración durante nuestros tiempos duros y difíciles no es suficiente. Tenemos que buscar a nuestros Padre en los tiempos buenos también. Nuestra fe no debe ser ocasional. Tiene su desarrollo en una constante relación con el Señor.
3. Estás confiando que Dios no permitirá que enfrentes ninguna prueba sin darte los medios para soportarla.
Si una gran prueba viene sobre ti, no tienes que preocuparte si serás fuerte o desmayarás. Nuestro Padre da la gracia cuando es necesario. Y si has desarrollado una relación íntima y cercana con él, él derramará su perdurable gracia sobre ti cuando la necesites.

Dios te invita a entrar en su reposo - hoy!!!



Comentarios

  1. Nunca debemos dejar de confiar en Dios, porque Dios es quien tiene la última palabra en cada situación. Caminar seguro y con la esperanza firme en Jesús y en sus promesas, porque caminar con Él es el secreto del triunfo y la felicidad. No hay otro camino.

    ResponderEliminar
  2. «Cristo nunca dejó de distinguir entre la duda y la incredulidad. La duda es que no puedo creer; la incredulidad es qué no voy a creer. La duda es honesta; la incredulidad es obstinación. La duda busca luz; la incredulidad se contenta con la oscuridad»

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Las dudas nos atacarán, pero eso no significa que debemos permitirles que nos dominen. Aquellos que dudan y luchan por respuestas, resultan ser algunos de los discípulos más fuertes de Cristo.

    ResponderEliminar
  5. Toda duda que tengamos en nuestro corazón, debe ser disipada por medio de la palabra de Dios, la cual es viva y eficaz y produce una transformación maravillosa en nuestra vida.

    ResponderEliminar
  6. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
    Santiago 1:5‭-‬8

    ResponderEliminar
  7. Amén hermano! excelente conclusión...Bendiciones

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Rodeado de unción, pero errando el blanco

Necesidad de un Progreso Espiritual